viernes, 19 de abril de 2013

Reflexión crítica sobre el perfil del docente actual

El concepto actual de docencia asigna al maestro el rol de dinamizar, orientar, autorizar, coordinar y facilitar la educación del niño y de actuar como agente del cambio social. Se considera al maestro como eje de la intervención en el aula y ha de reunir unas competencias personales y profesionales, las cuales reflexionaré en este texto.
 
ASPECTOS PERSONALES DEL PROFESOR
 
Desde mi punto de vista un buen docente tiene que tener una mentalidad abierta y flexible, ya que no debe encasillarse tras sus propios muros sapienciales y adoptar una actitud de clausura y cerrazón; si no que debe tener una actitud de apertura y flexibilidad, debe ser un buen receptor de iniciativas, favoreciendo el progreso y la modernidad de la educación en las aulas. Hoy en día uno de los principios más buscados en la educación es la innovación, y para que se lleve a cabo este principio en el aula, el profesor tiene que estar abierto para adoptar nuevas metodologías, nuevas técnicas, nuevos instrumentos, etc.
 
En cuanto a la mentalidad comprensiva, la considero de gran trascendencia. Una persona que no sea comprensiva no podrá llegar a ser un buen profesor, ya que éstos tienen que tener en cuenta que cada alumno tiene su propio ritmo de aprendizaje y sus peculiares necesidades educativas, y para ello además de mantener una atención individualizada al alumno, tiene que tener una mente comprensiva, que le permita adoptar las técnicas, recursos o materiales adecuados para cada alumno, comprendiendo los límites a los que están atados cada uno de ellos.
 
En este punto podemos unir la capacidad de observación y sensibilidad que tiene que tener el docente, ya que como he dicho anteriormente tiene que prestar una atención individualizada a los escolares, no solo teniendo en cuenta las necesidades educativas de éstos, sino también sus estados de ánimo, sus cambios evolutivos, sus intereses, sus inquietudes, etc. Algo que le permitirá proporcionar al niño la confianza, seguridad y estabilidad emocional que necesitan.
 
Ahora bien, para proporcionar esta confianza y seguridad al niño, el profesor también tiene que tener dichas cualidades. Si el profesor muestra inseguridad y desconfianza a la hora de realizar las actividades, transmitirá esto a los niños y por tanto, ellos estarán confusos, sin saber si hacen bien o mal, lo que acarreará un aprendizaje no fructífero. Además, no hay que olvidarnos que el profesor debe ser un espejo para sus alumnos, así que si queremos que los niños tengan seguridad y confianza en sí mismos, tenemos que ser los primeros en predicar con el ejemplo.
 
Respecto a la firmeza y la ecuanimidad en las decisiones y actuaciones que lleva a cabo el docente, me surgen algunas dudas. Por un lado, creo que  los docentes habitualmente tienen que seguir un patrón constante y estable en las actividades cotidianas del aula, ya que los niños para lograr la confianza y seguridad que hemos nombrado anteriormente, necesitan una habituación a las rutinas académicas. Sin embargo, por otro lado, no estoy de acuerdo en que no se pueda salir de esta firmeza, ya que es contraria a lo que antes hemos denominado como mentalidad abierta y flexible. Si una metodología no sirve para desarrollar las habilidades y capacidades que el maestro pretendía, tendrá que ser capaz de ser flexible y dejar de lado la firmeza para dar lugar a otra nueva técnica o recurso que realmente sirva para la consecución de sus objetivos.
 
Todo esto anterior conlleva a la habilidad que tiene que tener el docente para sugerir y orientar al niño en todas las situaciones que generan la dinámica del aula. Como he dicho anteriormente, si el profesor tiene en cuenta las dificultades de aprendizaje, el desarrollo psicoevolutivo de los niños, sus inquietudes, sus intereses, etc., logrará orientar al niño de la manera más adecuada posible en función de estas variables, y por lo tanto, animará al alumno a superar aquellas dificultades con las que se encuentre en su proceso de aprendizaje.
 
Otro rasgo que destacaré de gran importancia es la amabilidad y la capacidad para transmitir afecto que tiene que tener el maestro. Los niños necesitan sentirse únicos y especiales, necesitan que el aula sea como su segunda casa, por ello los profesores tienen que mostrarle todo su cariño y aprecio para hacerles sentir bien. Además, esto favorecerá su integración personal en el grupo, se sentirá parte activa de él.
 
El docente debe tener estabilidad emocional y control de sí mismo. Ha de tener paciencia en las diferentes situaciones que se planteen en el aula, si él no tiene este control sobre sí mismo, mucho menos logrará tener control del grupo en circunstancias problemáticas, capacidad que es fundamental para llevar una clase de manera disciplinada, sin llegar a un autoritarismo, que no permita mostrar a los alumnos sus opiniones e ideas con libertad, aunque esto siempre se intentará llevar a cabo desde el respeto.
 
Por último, y no menos importante, encontramos la buena capacidad física que tiene que tener el maestro, ya que los niños en esta edad tienen mucho dinamismo y energía, por lo que el profesor tiene que tener resistencia suficiente para superar el desgaste que esto ocasiona.
 
ASPECTOS PROFESIONALES Y DE FORMACIÓN DEL PROFESOR
 
Es importante la adquisición por parte del profesor de conocimientos científicos en los diferentes ámbitos: psicológicos, pedagógicos, didácticos y sociológicos. Estos conocimientos le aportarán los fundamentos necesarios sobre el crecimiento y desarrollo del niño, los cuidados que precisa, aspectos sobre su comportamiento y sobre el proceso de aprendizaje, acerca de la metodología, los recursos educativos, la importancia del contexto sociocultural, etc.
 
Esta adquisición se logrará mediante su formación en el ciclo técnico o en la carrera universitaria, en los cuales existirán diferentes asignaturas que te ayudarán en tu formación como futura docente. Además, una vez que estén desarrollando su labor como docente, deberán seguir esta formación de manera permanente, a través de diferentes cursos y jornadas, que servirán tanto de recordatorio, como de actualización en su labor.

 
Por otro lado, los docentes tienen que participar en las reuniones del equipo de ciclo para asegurar la coherencia y la continuidad de su labor educativa. Si el maestro es el coordinador de ciclo, el cual será nombrado por el director, también tendrá como funciones las siguientes: ser portavoz del equipo, elaborar las propuestas del Proyecto Curricular de Etapa a la Comisión técnica de coordinación pedagógica, realizar las adaptaciones curriculares necesarias, las actividades de refuerzo, organizar las actividades extraescolares y complementarias, etc.
 
Además, el maestro de educación primaria debe relacionarse con los otros miembros de la comunidad escolar, sobre todo, con los miembros de su equipo de ciclo (fundamentalmente para coordinar el proceso de enseñanza y aprendizaje y hacer el seguimiento y evaluación de sus alumnos), con los padres (para poder establecer en el aula la conexión con la vida del hogar e informarse acerca de los niños, y a la vez hacer que los padres participen en la gestión y funcionamiento de los centros), con el orientador, con los profesores de la etapa de educación infantil (especialmente con los del último ciclo para coordinar el proceso de enseñanza) y con el maestro de apoyo, y de PT y AL si es que alguno de sus alumnos está utilizando estos servicios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario